Aunque muchas veces se confunden las mandarinas con las clementinas y las clementinas con las mandarinas, no son el mismo fruto.
La mandarina y la clementina son frutos pequeños, jugosos y a primera vista muy parecidos, pero tienen diferencias en el sabor, la textura y otras características.
Las clementinas son un cruce entre mandarina y naranja amarga, reuniendo las mejores características de las dos frutas.
Las clementinas son un poco más pequeñas que las mandarinas, son muy fáciles de pelar y en general no tienen semillas. Su sabor se caracteriza por ser dulce acompañado de un ligero toque de acidez.
También existen diferencias en cuanto la recolección. La temporada de clementina suele empezar en invierno, unas semanas más tarde que la de mandarina que es de otoño.
En su origen encontramos otras diferencias ya que sabemos de la existencia de cultivos de mandarinas de al menos 2000 años y las primeras clementinas se cree que se cultivaron entre finales del s XIX y principios del XX.
Para elaborar nuestra mermelada artesanal Gran Tatita utilizamos clementinas orgánicas de temporada, sin ceras ni tratamientos que alteren la calidad de su piel y recolectadas en su mejor momento para preservar sus propiedades organolépticas: mejor sabor aroma y más fino.